Desde el momento en el que fueron descubiertos siete planetas alrededor de Trappist-1, una estrella enana a 39 años luz de distancia, los astrónomos han estado ocupados intentando conocer todo al respecto de este sistema estelar, sobre todo en cuanto a su potencial para albergar vida. Recientemente, un equipo internacional de científicos utilizó el telescopio espacial Hubble para evaluar las posibilidades de que exista agua en esos planetas, y los resultados son prometedores.
Utilizando el espectrógrafo de imágenes a bordo del Hubble, un equipo internacional de astrónomos se ha dedicado a estudiar la cantidad de radiación ultravioleta que recibe cada uno de los planetas de Trappist-1, e hicieron los cálculos necesarios para determinar cómo esta radiación podría estar influyendo en la cantidad de agua que habría en ellos. El estudio concluye que los dos planetas más cercanos a la estrella posiblemente son tan secos como un hueso, pero los otros cinco (tres de los cuales se encuentran en la zona habitable del sistema), podrían tener grandes cantidades de agua en sus superficies.
El hallazgo representa otra pista en cuanto al potencial de Trappist-1 de albergar vida extraterrestre. Desde el descubrimiento de estos exoplanetas en febrero, los astrónomos señalaron que cuenta con una zona habitable inusualmente grande, al igual que un gran potencial para tener contaminación microbiana interplanetaria (es decir, panspermia) y mareas oceánicas de grandes proporciones, ocasionadas por fuertes interacciones gravitatorias. Todo esto es bueno para la vida. Por otro lado, las imágenes de Trappist-1 indican la presencia de fuertes llamaradas solares ocasionales, que son malas para la vida.
Esto es lo que pasa con el nuevo estudio, que fue liderado por el astrónomo suizo Vincent Bourrier, del Observatorio de Ginebra en Suiza. Como lo podrían confirmar los fallecidos pasajeros del Hindenburg si pudieran, el gas de hidrógeno es muy liviano y le gusta subir. Este gas puede escaparse fácilmente de la atmósfera de un planeta, y dado que el Hubble es un telescopio espacial asombroso, los astrónomos pueden detectar hidrógeno en los planetas de Trappist-1. Su presencia es considerada un posible indicador del vapor de agua atmosférico. Al mismo tiempo, las mediciones de la cantidad de luz ultravioleta impactando estos planetas le permite a los científicos estimar la cantidad de gas que escapa al espacio.
«Al igual que en nuestra atmósfera, en la que la luz ultravioleta del Sol separa las moléculas, la luz ultravioleta estelar puede separar el vapor de agua en las atmósferas de los exoplanetas en hidrógeno y oxígeno», explicó Bourrier en un comunicado de prensa.
Las observaciones de Trappist-1 que se han realizado en un período de tres meses sugieren que el escape atmosférico ha jugado un papel importante en la evolución de sus siete planetas, un proceso que todavía se está llevando a cabo. Los cálculos realizados por el equipo de Bourrier sugieren que los dos planetas más cercanos a la estrella, Trappist-1b y Trappist-1c, han perdido enormes cantidades de agua en el transcurso de su historia. Estos dos planetas, los cuales reciben la mayor cantidad de energía ultravioleta, podrían haber “sangrado” el equivalente a 20 océanos de la Tierra durante los últimos 8.000 millones de años.
En cuanto a los otros cinco planetas, los más distantes de la estrella, la historia es un poco más alentadora. Basándose en los nuevos datos, han determinado que podrían haber perdido solamente el equivalente de agua a tres océanos de la Tierra. Además, los planetas Trappist-1e, Trappist-1f y Trappist-1g deberían ser capaces de soportar agua en sus superficies, dada su ubicación en la zona habitable del sistema estelar.
Los investigadores advierten que estas estimaciones están limitadas debido a que no se conoce la masa exacta de cada planeta. Además, estas conclusiones están basadas solamente en la espectroscopia del tránsito ultravioleta, en la que los científicos analizan la luz de un exoplaneta para identificar los gases que podrían estar presentes. Más datos, incluyendo observaciones más directas, ayudarán a probar si Trappist-1 es tan rico en agua como el estudio sugiere.
«Aunque nuestros resultados sugieren que los planetas externos son los mejores candidatos para buscar agua con el telescopio espacial James Webb, también destacan la necesidad de realizar estudios teóricos y observaciones de todo tipo para determinar la naturaleza de los planetas de Trappist-1 y su posible habitabilidad», dijo Bourrier.
Pareciera que estamos en la era dorada de la astronomía, y esto es apenas es comienzo.
Fuente: mundooculto.es