Los gatos callejeros, especialmente aquellos que viven solos, son animales que están constantemente expuestos a una serie de peligros y enfermedades. Estos gatos, sin un hogar cálido y seguro, deben luchar día a día para sobrevivir en las calles.
Muchos de ellos sufren de enfermedades transmitidas por otros animales o por las condiciones precarias en las que viven. Estas enfermedades pueden incluir enfermedades respiratorias, infecciones de la piel, enfermedades del tracto urinario, y enfermedades parasitarias, entre otras. Además, los gatos callejeros también corren el riesgo de sufrir lesiones graves, ya sea a raíz de peleas con otros animales o a causa de accidentes en la calle. Muchos de estos gatos también son víctimas de la crueldad de algunas personas, y pueden sufrir maltrato o abandono.
© Foto: Instagram / Zikrettin
Así solía ser la vida de un gatito callejero hasta que conoció a una mujer llamada Ahsen. Ella siempre había sido amante de los animales, pero nunca había tenido un gato como mascota. Un día, mientras caminaba por las calles de la ciudad, vio a un pequeño gatito vagando solo. Al acercarse, se dio cuenta de que el gatito tenía algunos problemas de salud. Su rostro estaba infectado y había perdido parte de tejido en su boca, lo que le había dejado algunos dientes expuestos.
Ahsen sabía que el gatito necesitaba ayuda urgente, así que lo recogió y lo llevó a un veterinario. El pronóstico no era bueno, pero Ahsen no estaba dispuesta a abandonar al gatito. Lo llevó a su casa y se dedicó a cuidarlo incansablemente. A pesar de que el gatito tenía algunos problemas de salud, Ahsen lo llamó Zobi y se enamoró de él al instante.
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Durante las siguientes semanas, Ahsen trabajó incansablemente para ayudar a Zobi a recuperarse. Con el tiempo, su estado de salud mejoró, pero aún tenía problemas para comer. Ahsen decidió llevarlo a otro veterinario, y después de algunas pruebas, se determinó que la única manera de que Zobi pudiera comer sin complicaciones era extirpándole los dientes que le quedaban.
Ahsen no dudó ni un segundo en hacerlo, y después de la operación, Zobi comenzó a comer con normalidad. Con cada día que pasaba, el gatito se iba recuperando y su personalidad comenzaba a salir. Era un gatito juguetón y amoroso, y Ahsen estaba encantada de tenerlo en su vida.
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Con el tiempo, Zobi se adaptó a su nuevo hogar y se hizo amigo de los otros gatitos de Ahsen. Era un gatito feliz y lleno de vida, y Ahsen no podía imaginar su vida sin él. Zobi había pasado de ser un gatito callejero abandonado y enfermo a ser un gatito amado y feliz, gracias a la dedicación y el amor incondicional de Ahsen.
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Hoy en día, Zobi es un gatito recuperado y lleno de vida. Aún juega y se divierte como cualquier otro gatito, y Ahsen está agradecida por haber tenido la oportunidad de ayudarlo. Zobi ha sido una bendición en su vida, y ella espera poder ayudar a otros gatos callejeros en el futuro, ofreciéndoles un hogar cálido y seguro.
fuente: bestvice.com