Científicos del CSIC de Vigo han grabado por primera vez a unos pulpos durante el coito en libertad. Es una historia que termina mal porque durante los meses que pasen hasta que los huevos sean maduros, la madre ni se moverá ni se alimentará y terminará muriendo.
Nunca antes habíamos visto las espectaculares imágenes que han logrado capturar científicos del CSIC de Vigo y que ha cedido a laSexta Jose Irisarri. Por primera vez han grabado a unos pulpos durante el coito en libertad y todo lo que sucede después.
Aunque esta es una de esas imágenes preciosas con final triste. La historia comienza con sexo, así la fecunda el macho y así lo han grabado investigadores gallegos en la Ría de Vigo.
La hembra de pulpo, instantes después, rodeada de sus huevos. Como explica Álvaro Roura, biólogo marino, una pulpa puede poner desde 100.000 hasta medio millón de huevos.
Sólo tienen una camada, la pulpa hace una cueva y allí cuelga las larvas del techo durante meses y cuida de los racimos de huevos limpiándolos con las ventosas.
Tal es el esfuerzo que en cuanto nacen, agoniza y muere. Los pulpos recién nacidos se van 200 kilómetros mar adentro y vuelven a la costa cuando ya son jóvenes. Las hembras serán fecundadas y luego morirán.
Hace cuatro años, el CSIC de Vigo consiguió por primera vez grabar a pulpos en cautividad. Siguen estudiándolos para lograr una reproducción masiva que ayude a no esquilmar el mar, tal y como explica el profesor de investigación Ángel González. El objetivo es trasladar el conocimiento que obtienen de las imágenes a condiciones de cautividad para aumentar su supervivencia y su bienestar.