Los arqueólogos han encontrado los restos de un joven que padecía la enfermedad de Scheuermann.
En una antigua necrópolis romana situada cerca de Granada (sur de España), los arqueólogos han desenterrado los restos de un joven que padecía una rara afección conocida como enfermedad de Scheuermann, que le habría provocado una joroba en la espalda.
El esqueleto fue descubierto durante los trabajos de excavación en la necrópolis tardorromana de Torrenueva en 2008. El sitio se había utilizado durante mucho tiempo como muelle, pero cuando la crisis económica de finales del siglo III d.C. afectó duramente a los romanos, fue abandonado y convertido en un cementerio.
En un estudio, ahora publicado en el International Journal of Paleopathology, los arqueólogos analizan uno de los esqueletos que encontraron y discuten las diferentes anomalías esqueléticas que documentaron.
Estiman que esta persona habría vivido a fines del siglo III o principios del siglo IV EC.
Buscando enfermedades antiguas
Para los arqueólogos, identificar si los individuos antiguos padecían enfermedades puede ser un desafío. De hecho, las condiciones que dejan marcas claras en un esqueleto son bastante raras.
La enfermedad de Scheuermann (SD) es un trastorno esquelético caracterizado por una deformidad cifótica de la columna (una curvatura anormalmente convexa de la columna) que aparece en la adolescencia temprana. Hoy en día, es muy fácil de diagnosticar y es bastante común, afectando al menos al 0,4% de la población.
Sin embargo, a pesar de esta prevalencia relativamente alta, ha habido pocos informes de la condición identificada en restos óseos antiguos.
Aquí, los huesos del esqueleto están particularmente bien conservados, por lo que brindaron a los arqueólogos la oportunidad de tratar de identificar signos de enfermedades.
Primero, estimaron el sexo de este individuo, un macho, en base a observaciones estándar de las características pélvicas. A continuación, examinaron los restos óseos tanto macroscópicamente como con rayos X, buscando cualquier evidencia de anomalías congénitas, trastornos nutricionales, enfermedades infecciosas, fracturas o condiciones traumáticas. Finalmente, basándose en las medidas de los huesos, construyeron un modelo tridimensional (3D) de la columna para evaluar la curvatura de la columna de este hombre.
En conjunto, los resultados de estos análisis sugieren que su columna se caracterizaba por una curva cifótica torcida. Ha también tenía otras malformaciones esqueléticas asociadas con un crecimiento anormal.
La evidencia apunta al hecho de que padecía una forma severa de la enfermedad de Scheuermann, pero que otras anomalías esqueléticas observadas le habrían permitido adaptarse a su deformidad espinal y caminar sin la ayuda de un bastón. Sin embargo, murió entre los 14 y los 18 años, hasta el momento por causas desconocidas.
Entrevistado por el diario español El País, el autor del estudio José Miguel Jiménez Triguero dijo que el joven habría compartido similitudes con el Jorobado de Notre Dame y que habría vivido en un momento de gran inseguridad; el Imperio Romano habría estado en crisis y muchas personas a su alrededor habrían estado huyendo de las ciudades para encontrar seguridad en áreas más rurales.
Fuente: ibtimes.co.uk