Un pionero programa de reintroducción de fauna acaba de traer consigo una inesperada y bienvenida sorpresa: un bisonte salvaje ha nacido en el Reino Unido, algo que no sucedía desde hace mil años.
Tres hembras adultas fueron liberadas el pasado julio en el condado de Kent, al sudeste de Inglaterra. Los responsables de esta iniciativa no lo sabían, ya que los bisontes ocultan sus embarazos para protegerse de los depredadores, pero una de ellas había llegado encinta desde Escocía, donde pastaba anteriormente.
La recién nacida becerra fue descubierta tras un par de días en los que los guardas no veían a la madre, que se recluyó en un lugar aislado para dar a luz.
Los responsables del programa de repoblación no contaban con un desenlace de este tipo. Al menos, no en tan poco tiempo. De hecho, esperaban a un macho adulto proveniente de Alemania para que comenzase la reproducción.
La alarma
“Durante un par de días no vimos a una de las hembras. Estábamos alarmados, porque normalmente ella es la líder de las tres. Mientras tanto, las otras dos tenían una actitud más defensiva de lo habitual, como si me estuvieran alertando de algo”, señala al diario británico ‘The Guardian’ Tom Gibbs, uno de los cuidadores.
“Fui a buscarla. Después de cerca de una hora empecé a escuchar unos crujidos en el bosque –continúa Gibbs-. No quería acercarme mucho, así que utilicé unos prismáticos. Al principio, pensé que había un ciervo al lado de la bisonte adulta. ‘¿Qué está haciendo allí?’, me pregunté. Y entonces, de repente, apareció esta pequeña criatura al lado de su madre. Resulta increíble pensar que este es el primer bisonte salvaje nacido en Inglaterra después de 1.000 años”.
El retraso en el anuncio
La madre ya había dado alguna pista en los días anteriores de que algo excepcional estaba a punto de ocurrir. La madre se alimentaba más de lo habitual. “Normalmente es muy caprichosa con la comida. Resulta que estaba comiendo por dos”, explica Gibbs.
La becerra nació probablemente el pasado 9 de septiembre, pero el anuncio de su existencia se retrasó por dos motivos que nada tienen que ver entre sí. Por un lado, el día antes había muerto la reina Isabel II, así que sus cuidadores consideraron de mal gusto contar al mundo que el primer bisonte salvaje había vuelto a nacer en Inglaterra. Por otro, querían comprobar que estaba sana.
La becerra está creciendo a toda velocidad. “Es impresionante. En una semana ya caminaba con seguridad. Ahora adora la lluvia”, dice Gibbs. Las otras dos hembras adultas, mientras tanto, también se han implicado en su cuidado. La limpian y la protegen cuando su madre está descansando.